Toda la cornisa cantábrica vuelve a estar en alerta naranja por vientos costeros y olas de hasta 8 metros auque hoy están más pendientes de los daños que del mar. Rompían las olas ayer en la Isla de Mouro frente a la bahia de Santander. Ni muros, ni barandillas de la playa del Sardinero han soportado la fuerza del mar. El temporal, hoy más tranquilo, ha dejado numerosos destrozos y los serivicios de limpieza luchan por devolver la normalidad. En Laredo el mar se ha llevado un restaurante entero. El trabajo de toda una vida. En Asturias más de lo mismo. Una olaza ha pillado por sorpresa a mucho curiosos en el muro de Gijón. De milagro se han salvado unos turistas incoscientes en Luanco, que con semejantes olas todo el paseo ha quedado destrozado. Un temporal que amenaza con quedarse hoy y mañana más tranquilo pero el miércoles vuleve con fuerza.